Dentro del ámbito de las ventas online, el ecommerce B2B es una de las modalidades más difíciles de rentabilizar.
A diferencia de lo que sucede en B2C digital, la capacidad de orientar las acciones publicitarias al público adecuado es una tarea titánica que requiere medios y plataformas específicas.
Vamos a ver en profundidad cuáles son las diferencias principales entre una tienda online B2B y una B2C.
Por norma, en B2B existen una negociación más extensa que en B2C. Como es lógico, algunas empresas han adaptado su proceso comercial para hacerlo más sencillo y conseguir mejores resultados online, como puede ser la creación de packs de servicios o el mantenimiento de un catálogo de productos más detallado.
Algunas tiendas online B2C no requieren de un departamento de asistencia demasiado dotado. Por el contrario, en B2B es necesario, en general, contar con asistentes que puedan interceder en algún punto del embudo de ventas para solucionar las posibles dudas del cliente y guiarlo hacia la conversión.
Puesto que las empresas tienen necesidades más específicas que los consumidores, negociar de manera totalmente online la implementación de un software, por ejemplo, es, en ocasiones, imposible.
Lo mismo pasa con productos de alta gama, o cuyo precio supera el pax habitual de nuestro país para transferencias económicas digitales, un caso que requiere de la mediación del departamento comercial para brindar confianza y las debidas referencias de la iniciativa que representa.
Si bien en ambos casos es importante tener capacidad de impacto en el cliente, en B2B se valora otro tipo de orientación comercial. Se podría decir que en B2C no es tan necesario proyectar una imagen sólida, especialmente si se ofrecen precios ajustados.
De manera contraria, en B2B se suelen establecer relaciones de negocios más largas que, para entablarse, requieren de una perspectiva saludable de la empresa que el cliente pueda sopesar a medio y largo plazo.
Esta salud pública debe proyectarse en la publicidad, de modo que debe estar destinada no tanto a impactar como a generar una predisposición positiva en las próximas interacciones o acciones de remarketing.
Ahora que hemos desglosado nuestra lista de «lo que sí y lo que no» puede funcionar en B2B, conviene que sepas que cuando se aplica correctamente, esta modalidad puede superar a cualquier otra, dentro del mismo ámbito.
Así, los principales beneficios son:
En definitiva, articular una estrategia de eCommerce B2B requiere de precisión en la segmentación y unos canales comerciales dedicados a dirigir el tráfico profesional hacia tu iniciativa. Finalmente, pulir la reputación digital también resulta clave para afianzarse como proveedor del cliente más duro que existe: las empresas.
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