No, la creatividad no es algo que únicamente necesiten los pintores, los escritores o los músicos. Todos la necesitamos y la usamos en cada uno de nuestros procesos mentales, se trate de negocios, marketing o decisiones de la vida diaria. Pero, por supuesto, no todas las personas la emplean en la misma medida.
Si decimos «emplean» en lugar de «tienen» es porque no hay nadie que no tenga creatividad. Para pensar creativamente no necesitamos adquirir algo que nos falta, sino derribar las paredes en las que, de forma consciente o inconsciente, solemos encerrar nuestra forma de pensar. Tan fácil y tan difícil como eso.
¿Y por qué es esencial actuar, pensar y decidir con creatividad cuando se trata de tu proyecto o empresa? Porque así encontrarás alternativas útiles y válidas cuando una idea falle, darás con mejores soluciones a cada problema que se presente (¡y se presentan muchos!) y, en especial, podrás distinguirte de la competencia y hacer que tu marca tenga una personalidad definida y reconocible.
¿Necesitas ideas con gancho para tus redes sociales? ¿Has entrado en un bucle con los contenidos de tu blog y te repites constantemente? ¿Te convendría ampliar la actividad de tu negocio? ¿Quieres montar un ecommerce que resulte original? Bien, pues te ofrecemos unas cuantas propuestas sencillas y efectivas para enfocar todas esas situaciones con imaginación y dejar que tu cabeza trabaje con más libertad. Te sorprenderán los resultados.
Nuestras ideas nacen, en gran parte, de la información que almacenamos con la experiencia. Si tus experiencias son las mismas día tras día, tus ideas también lo serán. Pregúntate en qué ha cambiado tu vida en los últimos cuatro o cinco años. ¿Tienes nuevas rutinas, nuevos intereses, nuevos amigos?
Si no es así, necesitas aire fresco. Esfuérzate por conocer personas de otros círculos, escuchar música diferente, leer libros que no sueles leer o darle una oportunidad a algún deporte nuevo. Las posibilidades son casi infinitas y sería muy empobrecedor que solo probásemos seis o siete cosas a lo largo de nuestras vidas, ¿no crees?
Busca y experimenta, muévete y evita permanecer en una burbuja en la que un mismo tipo de gente habla siempre de los mismos temas y utiliza los mismos esquemas mentales. En caso contrario, acabarás pensando de la misma manera que ellos.
Para trabajar el pensamiento creativo y recuperar la originalidad te vendrá muy bien algo de disciplina. Acostúmbrate a anotar cualquier chispazo que surja en tu cabeza, aunque lo encuentres absurdo. Ya juzgarás «en frío» si te sirve o no.
Ernest Hemingway dio un consejo muy gráfico sobre esto: «Escribe borracho, corrige sobrio». Dicho de otro modo, déjate ir y no seas muy crítico en un primer momento; ya habrá tiempo de filtrar las cosas más tarde.
Al enfocar un problema o una decisión, intenta pensar como si tú no fueses tú. ¿Cómo vería esto una persona de ochenta años? ¿Y una de veinte? Trata de contestar a esa clase de preguntas; ponte en todos los puntos de vista que se te ocurran y en sus opuestos: urbanitas y personas del campo, hombres y mujeres, jefes y empleados, personas con estudios y sin ellos… Cada nueva perspectiva te aportará algo diferente y valioso para tu decisión.
No, no se trata de copiar… ¡o sí!, porque en realidad, y como sabe cualquier publicista, casi todo está ya hecho e inventado. No existe gran músico, ni gran escritor, ni gran filósofo que no haya tomado ideas de otros, y por supuesto, todos los emprendedores que logran algo que vale la pena siguen los pasos de otras personas. ¿Te parece eso convincente?
Pues olvida los complejos, abre los ojos y aliméntate de la creatividad de los demás para hacer crecer la tuya. A tu alrededor encontrarás siempre ideas interesantes, solo debes adaptarlas a tu personalidad y emplearlas a tu manera.
Para ser imaginativo necesitas estar despierto y tener fuerzas. De acuerdo, parece un consejo muy obvio, pero recuerda además que permanecer mucho tiempo entre cuatro paredes también acaba afectando a la creatividad.
Correr o caminar son actividades que no solo oxigenan nuestro cuerpo y despejan nuestra cabeza. También resultan muy estimulantes para la imaginación porque nos obligan a concentramos en nuestros pensamientos durante un buen rato. Son muchos los profesionales (se trate de guionistas, empresarios, abogados o mecánicos) que aseguran encontrar al aire libre las soluciones que no se les ocurren en su lugar de trabajo.
Del brainstorming con otras personas pueden salir opciones y enfoques interesantes que nunca se te habrían ocurrido discurriendo de forma «ordenada». Como quizá sepas, se trata básicamente de reunirse y e ir diciendo de manera espontánea palabras o frases que a cada cual le sugiera el tema en cuestión, sin ningún tipo de filtro ni crítica. En una segunda fase se examina lo que se ha dicho y se extrae lo que pueda tener algún interés.
Imagina que quieres consultar aquello tan brillante que se te había ocurrido para darle un giro a tu proyecto y no sabes dónde lo anotaste. ¡Debes guardar tus notas de forma ordenada si quieres sacarles partido! No utilices dos cuadernos y tres dispositivos móviles distintos si no quieres terminar manejando un caos que te obligará a perder un montón de tiempo cada vez que quieras buscar algo.
Con cierta frecuencia, relee lo que tienes anotado. Es posible que encuentres algo que puedas aprovechar o que te sugiera soluciones que en su momento no llegaste a ver. Lo importante es guardar ideas y tenerlas a tu disposición para cuando las necesites.
La creatividad, más que un talento, es una actitud y una costumbre, y pensar creativamente consiste en usar puntos de vista y escenarios diferentes. No hagas de tu pensamiento una rutina, ponle desafíos y sácalo de su cómodo entorno habitual. No podemos garantizarte que todas nuestras propuestas te darán resultados, pero sí que lo harán al menos algunas de ellas. ¿Lo dudas? ¡Pues haz la prueba!