La newsletter es una de las herramientas de comunicación que más fidelidad y sentimiento de comunidad genera en los públicos. Este canal continuado entre la empresas y sus clientes (potenciales o reales) no debe ser concebido como un elemento comercial.
Eso sí, si lo trabajas bien, a medio plazo incrementará tus índices de venta y habrá más público interesado en tu marca. La clave está en concebir y desarrollar un material de comunicación centrado en sus destinatarios, que aborde con un estilo fresco y cercano los temas que les interesan.
Asegúrate de mostrar los valores de tu marca de una manera indirecta, a partir de la selección de los contenidos, el tono y el enfoque. De este modo acortarás las distancias con tu público y te sentirán mucho más próximo, interesante… y fiable.
El diseño gráfico es fundamental para triunfar con tu newsletter. No olvides que esta llega a las cuentas de correo de sus destinatarios que, desgraciadamente, se encuentran saturadas de mensajes, muchos de ellos molestos spam.
Desde el primer golpe de vista, tu comunicación ha de resultar original, dinámica, cercana y atractiva. El color, las llamadas a la acción, los titulares, las imágenes incorporadas… deben sintonizar con los intereses de sus receptores.
Evidentemente, después hablaremos de él más a fondo, el contenido será clave para que los lectores deseen seguir recibiendo esas comunicaciones que les encantan leer y les mantienen al día. Pero, sobre todo en los primeros momentos, antes ese pandemónium de informaciones, contenidos y mensajes no deseados que llegan a sus buzones, la estética será fundamental.
El primer vistazo siempre es determinante a la hora de conservar, leer o borrar definitivamente el mensaje. Ellos han pedido recibirlo, está claro, pero el momento crucial son esas décimas de segundo en las que tu comunicación puede quedar, definitivamente, relegada al olvido.
En este sentido, el asunto con el que introduces tu newsletter también es esencial. Debe suscitar el interés y resultar llamativo
Y ¡cuidado con el exceso de imágenes! Pueden hacer que tu mensaje sea desviado a la bandeja de promociones. Incluye claramente, eso sí, el logotipo, los colores corporativos (de la marca o de la publicación, según sea tu estrategia), las llamadas a la acción y los recursos intuitivos que facilitan la interacción del cliente.
Pero, no te engañes, el éxito o el fracaso de una newsletter, por muy bonita y espectacular visualmente que resulte, está en el contenido. La calidad de los textos es irrenunciable, solo así conseguirás que tus suscriptores se chiflen por lo que les cuentas y estén deseando recibir la próxima entrega.
Escribe con fluidez, de manera dinámica y visual, con un toque de humor pero sin renunciar a la seriedad, el rigor ni la profesionalidad. Aborda temas de actualidad y, especialmente, de máximo interés para tu público. Crea y mantén un estilo propio reconocible y, en la medida de lo posible, mantén un relato o storytelling que enganche y aporte valor.
Estas son las claves para contar con un newsletter adictivo, cuyo retorno resultará positivo a medio plazo para tus intereses mercadológicos. ¡Nos vemos en el siguiente artículo!